¿Cómo nacen los dinosaurios?
Los dinosaurios eran los reptiles que dominaban el planeta hace millones de años atrás. Como los reptiles actuales, eran ovíparos, es decir, nacían de huevos puestos por sus madres en nidos.
¿Cómo nacen los dinosaurios?
Los primeros descubrimientos de nidos y huevos de dinosaurios fueron realizados en las expediciones del museo americano de historia natural realizadas en el desierto de Gobi, en Mongolia, en 1920. En esta zona se pudo ver por vez primera cómo criaban los dinosaurios a sus crías y como cuidaban de ellas.
Luego, se descubrieron embriones y crías de dinosaurio en Estados Unidos y Mongolia, estos descubrimientos mejoraron los conocimientos y se descubrió que su comportamiento al anidar es similar al de las aves de hoy en día. Debemos recordar, que las aves son los animales más relacionados con los dinosaurios.
Debes comprender que existieron dos tipos distintos de dinosaurios, aquellos similares a las aves y otros a los reptiles.
Presentaban fertilización interna, probablemente los machos competían entre sí por las hembras o defendían territorios donde se encontraran hembras fértiles.
Normalmente ponían sus huevos en nidos cavados en la tierra, sin embargo, los de mayor tamaño construían nidos de hasta dos metros de alto similares a los de las aves y con características específicas en función de la especie.
La puesta de huevos tenía una media de 20 huevos de forma redonda u ovalada con dimensiones variadas según la especie de dinosaurio. Algunos eran de pocos centímetros y otros llegaban a tener hasta 35 cm de longitud.
Las crías en algunas especies pueden abandonar el nido tras la eclosión y pueden buscar alimentos por su cuenta. Algunas especies permanecían por un tiempo en el nido, como los Maiasauras, que eran alimentados con ayuda de sus padres.
Huevos de dinosaurio
Los primeros huevos de dinosaurio fósiles fueron encontrados en 1859 en Francia por Jean-Jacques Poech, sin embargo, en aquellos años fueron confundidos con huevos de aves gigantes. Por lo tanto, los primeros huevos calificados como tal fueron descubiertos en 1923 en Mongolia.
Se ha desarrollado un sistema para clasificarlos según su cascara. Las capas de la misma se estudian observándola bajo el microscopio.
Mientras tanto, el interior de los huevos fósiles completos puede estudiarse a través de la Tomografía axial computarizada o disolviendo gradualmente la cascara con ácidos.
En el interior de los huevos se pueden conservar algunos restos del embrión que contenían. Los huevos y embriones más antiguos conocidos son del Massospondylus, el cual vivió en el Jurásico inferior, hace 190 millones de años.
Los fragmentos de cáscara de huevo de dinosaurio se reconocen por tres rasgos importantes como el grosor uniforme, forma curva y superficie porosa. Con una menor frecuencia, la concavidad interior del fragmente de cascara conserva protuberancias conocidas como mammillae.
Estas protuberancias ofrecerían calcio a los embriones. En algunos casos, los embriones consumieron tanto calcio que se necesitaba una lupa o microscopio para visualizar las mammillae.
Existen otros objetos que pueden confundirse con huevos como los cálculos formados en el estómago de los rumiantes, las concreciones se forman por organismos en descomposición y los rastros fósiles de insectos de las madrigueras donde viven.
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