Reproducción de las tortugas

Las tortugas son reptiles terrestres y acuáticos de gran longevidad y resistencia. Cuentan con un caparazón que protege sus órganos internos y que sirve de refugio a la propia tortuga. La columna vertebral de la tortuga está pegada a su caparazón por la parte interior. Respiran gracias a movimientos abdominales y bombeo de la faringe.

En sus bocas tienen un pico calcáreo que hace las veces de un diente gigante. Las tortugas no regulan su temperatura corporal por lo que requieren de las condiciones ambiéntales para hacerlo.

Reproducción de las tortugas terrestres

Se reproducen mediante huevos amniotas, son completamente ovíparas. Una tortuga hembra es fértil a partir de los 12 o 15 años de edad. La temporada de cría es en primavera y en verano. Algunas tortugas ponen huevos no fertilizados cuando no encuentran un macho adecuado para copular.

Reproducción de las tortugas marinas

Las tortugas marinas migran grandes distancias en los océanos para aparearse. Llevan a cabo su vida normal (caza, socialización y descanso) cerca de las costas de los continentes pero, llegado el momento de la cría, copulan en el fondo de la playa y parten hacia las zonas de anidación.

Una hembra puede almacenar el semen de varios machos y fecundar con él varios huevos. Los machos no abandonan el agua y son las hembras las responsables de dejar el mar durante la noche, arrastrarse varios metros hasta superar la línea de la marea alta, cavar el nido, poner los huevos y volverlos a cubrir con la arena. Todo el proceso puede tardar largas horas y es muy extenuante para las hembras.

Algunas hembras tardan tanto que el día las sorprende regresando al mar, en ese caso, y si está muy agotada, la tortuga morirá debido al agotamiento y al calor.

Las crías nacen solas y deben aventurarse al mar donde pasarán 15 o 20 años hasta sean capaces de aparearse y comenzar el ciclo otra vez.