¿Qué comen los sapos?

que comen los sapos

Conocidos como bufónidos se trata de una familia que pertenece al orden Anura. Se encuentran en todos los continentes con excepción de Australia y la Antártida. Se les encuentra en cualquier parte del mundo con excepción de las regiones árticas y las regiones desérticas.

Carecen de dientes y tienen glándulas parotoides en la parte trasera de su cabeza. Emplean estas glándulas para secretar fluidos con toxinas. Sufren de una metamorfosis durante su desarrollo atravesando los estados de larva, renacuajo y sapo.

Son animales insectívoros.

Índice
  1. Alimentación de los sapos
  2. Alimentación de los renacuajos
  3. Cómo se alimentan los sapos?
  4. Sapos como mascotas

Alimentación de los sapos

Son depredadores oportunistas que se alimentan en función de la disponibilidad de presas que presenta su medio. Su dieta es clasificada como carnívora insectívora.

Se alimentan de insectos como:

  • Moscas.
  • Mosquitos.
  • Libélulas.
  • Saltamontes
  • Hormigas.

Consumen también invertebrados como:

  • Babosas
  • Lombrices de tierra.
  • Caracoles.

El canibalismo es común y los sapos más grandes se comen a los más pequeños.

Alimentación de los renacuajos

Los sapos solo son herbívoros durante su etapa como renacuajos, pues luego de agotadas las reservas nutritivas del huevo, deben consumir algas microscópicas y luego, algas y plantas acuáticas.

Cuando un renacuajo alcanza cierto nivel de desarrollo pasa a consumir larvas acuáticas de insectos e insectos que caigan al agua.

Cómo se alimentan los sapos?

Su anatomía está adaptada a sus técnicas de caza. Emplean una larga lengua pegajosa para capturar a sus presas. Tienen dientes en la mandíbula superior y en el paladar los cuales les permiten sujetar a la presa capturada.

La técnica de caza a emplear variará según el tipo de sapo. Algunos acechan a su presa, ocultos en la maleza o en el agua. Algunos cazan saltando, otros persiguen a su presa y otros emplean señuelos para atraer a los insectos.

Sapos como mascotas

Se trata de anfibios muy cariñosos que, a diferencia de otros animales, no suele huir de los humanos y tolera que su dueño lo sujete. Requieren de un ambiente que se asemeje a su hábitat natural, por lo que un jardín húmedo, libre de depredadores y rico en alimento.

Tener un sapo en el jardín ayudará a proteger las plantas de plagas que puedan dañarlas.

Si se tienen un sapo mascota en el jardín debemos recordar que algunos suelen enterrarse para disfrutar de tierra húmeda. Por esta razón, en la temporada seca debemos de tenerle un pequeño pozo o estanque donde pueda refugiarse para evitar perderlo en las profundidades.

Si se tiene un sapo en el jardín debemos evitar tener perro u otra mascota que desee cazarlo, los sapos pueden ser venenosos para los mamíferos si consumen su toxina.

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